Las obligaciones crediticias adquiridas por un solo cónyuge y los derechos de los acreedores .

Abstract

La legislación ecuatoriana ha previsto que el matrimonio es un contrato solemne en el cual dos personas se unen con el fin de vivir juntos, procrear y ayudarse mutuamente, producto de la celebración de este contrato nace por el ministerio de la ley la figura jurídica conocida como sociedad conyugal o sociedad de bienes o gananciales, el cual se encuentra compuesta por los aportes que cada uno de los cónyuges realiza y la adquisición de bienes a título oneroso. De la sociedad conyugal se exceptúan los bienes que fueron adquiridos a título oneroso previo a la celebración del contrato y los bienes que adquieren los cónyuges por donación o por herencia, del mismo modo se prevé que los cónyuges podrán adquirir obligaciones que ayudaran a que el patrimonio de la llamada sociedad conyugal crezca para lo cual se obligan a cumplir las dos partes. En el caso de que uno de los cónyuges adquiera obligaciones sin que el otro tenga conocimiento responderá por dicha obligación con sus bienes personales, salvaguardando a la sociedad conyugal. El Código Civil ecuatoriano prevé varios derechos inherentes a los acreedores y es el exigir el cobro de la obligación que no ha sido cumplida, resarcir en el mismo monto el valor entregado al deudor y a percibir una indemnización cuando se haya generado perjuicios al acreedor por la falta de cumplimiento, partiendo de estos derechos los acreedores a fin de hacer efectiva su acreencia han optado por recurrir a los bienes de la sociedad conyugal, vulnerando los derechos del cónyuge que no se obligó. Ahora bien, el mismo cuerpo legal establece claramente que el incumplimiento efectuado por el cónyuge obligado podrá ser cubierto con los bienes de la sociedad conyugal con la salvedad de que únicamente se perseguirá el porcentaje que le pertenece al cónyuge que incumplió, respetando de esta forma el patrimonio matrimonial.