Evaluación de las técnicas para el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista en pacientes pediátricos.

Abstract

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y provoca comportamientos repetitivos. Su diagnóstico y manejo suponen un reto significativo en la pediatría, especialmente en contextos con recursos limitados. Esta investigación tiene como objetivo identificar los signos tempranos del TEA y evaluar la eficacia de las herramientas diagnósticas disponibles mediante una revisión documental basada en la estrategia PICO. Se revisaron 43 estudios recientes que evidencian que los signos precoces, como la falta de contacto visual, la ausencia de sonrisa social y la hipersensibilidad a estímulos, son detectables desde los primeros meses de vida. Aunque existen herramientas diagnósticas reconocidas como el M-CHAT, SCQ y STAT, el estudio destaca que el ADEC (Autism Detection in Early Childhood) se presenta como el enfoque más efectivo, especialmente por su metodología centrada en la observación directa, la cual ha demostrado alta efectividad en investigaciones locales. Este enfoque ha sido adaptado exitosamente en el contexto ecuatoriano, mostrando resultados prometedores en la identificación temprana del TEA. A su vez, la combinación de herramientas de nivel I, como el PEDS y el Denver II, complementa esta estrategia, proporcionando un enfoque integral que optimiza la detección en entornos de atención primaria, particularmente en regiones con limitaciones de recursos. No obstante, las técnicas diagnósticas enfrentan desafíos significativos, tales como el acceso limitado a recursos especializados y las barreras socioculturales que dificultan la aceptación del diagnóstico oportuno del TEA. Estas limitaciones pueden generar retrasos en el tratamiento, lo cual agrava las complicaciones del trastorno. Para abordar estos obstáculos, es crucial adaptar las herramientas diagnósticas al contexto ecuatoriano, fortaleciendo la capacitación de médicos generales en su uso adecuado y promoviendo programas de sensibilización dirigidos a padres y profesionales de la salud. A través de estas acciones, se podrá mejorar la detección precoz, reducir las disparidades en el diagnóstico y manejo, y garantizar un abordaje más equitativo y accesible para los niños afectados por el TEA.