Influencia del ejercicio y alimentación en la endometriosis.

Abstract

La endometriosis, una enfermedad ginecológica crónica caracterizada por la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina. Según la OMS, la endometriosis afecta del 5% al 10% de las mujeres en edad fértil y se manifiesta comúnmente con dolor pélvico, dismenorrea y, en algunos casos, infertilidad. Su diagnóstico suele confirmarse mediante procedimientos quirúrgicos, y los tratamientos tradicionales incluyen analgésicos, anticonceptivos hormonales y, en casos severos, intervenciones quirúrgicas como la resección de tejido endometriósico. El enfoque de esta investigación se centra en el papel de la alimentación y el ejercicio físico como elementos complementarios en el manejo de los síntomas de la endometriosis. Se examina la influencia de una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, ácidos grasos saludables y baja en alimentos proinflamatorios como grasas saturadas y carbohidratos refinados. También se menciona el impacto positivo de antioxidantes como las vitaminas C y E para reducir la inflamación y mejorar la calidad de vida de las pacientes. En cuanto al ejercicio, se señala que la actividad física regular puede ayudar a reducir el dolor asociado con la endometriosis, gracias a su efecto en la producción de mioquinas antiinflamatorias. Diversos estudios demuestran que actividades como el estiramiento, caminatas y ejercicios de respiración contribuyen a una disminución significativa de los niveles de dolor. Sin embargo, se advierte que el ejercicio intenso podría agravar los síntomas en algunas pacientes, por lo que se recomienda una rutina moderada. La integración de una dieta antiinflamatoria y la práctica moderada de ejercicio pueden ser complementos efectivos al tratamiento convencional de la endometriosis. La ingesta de alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras, junto con una reducción en el consumo de carnes rojas y productos procesados, ayuda a mitigar la inflamación. Además, el ejercicio regular estimula la producción de endorfinas y tiene efectos antiinflamatorios, contribuyendo a una reducción del dolor crónico. Este enfoque integral que combina cambios en el estilo de vida representa una alternativa accesible y no invasiva para el manejo de los síntomas, aunque cada intervención debe ser adaptada a las necesidades y capacidades individuales de cada paciente.