Propuesta de intervención arquitectónica de la hacienda patrimonial La Armenia, parroquia Licán Riobamba

Abstract

La arquitectura vernácula, tanto en nuestro país como a nivel mundial, ha enfrentado amenazas debido a su escaso reconocimiento como arquitectura de valor significativo. Sin embargo, esta percepción ha comenzado a cambiar, abriendo posibilidades para preservar la integridad y el valor de edificaciones más modestas. En este contexto, se presenta como caso de estudio la hacienda La Armenia, ubicada en la parroquia Licán, en la ciudad de Riobamba. Construida alrededor de 1900, con más de 100 años de antigüedad, esta hacienda es considerada un bien patrimonial por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). La propiedad, junto con la edificación, fue transferida a la Asociación de Comuneros 10 de Agosto en 1980, tras un acuerdo de compra con los herederos de Víctor Manuel García. Después de la división de la propiedad entre las familias de la comunidad, el inmueble fue adaptado para funcionar como guardería local, pero fue abandonado en 2013 debido a su deterioro progresivo, causado por la falta de mantenimiento y la exposición a diversas condiciones climáticas. Dado este contexto, se aplicó una metodología cualitativa basada en investigación conceptual, análisis histórico, observación, recopilación documental y levantamiento gráfico, con el propósito de entender el contexto sociológico y arquitectónico de esta edificación patrimonial. La intervención arquitectónica propuesta surge como resultado de la investigación realizada y del diálogo entablado con los representantes de la comunidad, en el cual se discutieron a profundidad los puntos a favor y en contra de cada una de las propuestas de uso y conservación. Este proceso participativo permitió no solo la identificación de un nuevo uso que atienda las necesidades actuales de la comunidad, sino también la generación de un sentido de pertenencia y compromiso hacia el inmueble. Además, la propuesta se enfoca en conservar la integridad estructural y material del edificio, manteniendo un equilibrio entre los elementos originales y las nuevas intervenciones. Se prioriza la restauración de las áreas más deterioradas y la implementación de espacios que fomenten la cohesión social y cultural de la comunidad, como áreas de encuentro y actividades recreativas. Este enfoque permite que el edificio conserve su valor patrimonial al mismo tiempo que se adapta a un uso contemporáneo, visible y claro en el contraste entre lo nuevo y lo antiguo, fortaleciendo así su función como espacio de referencia comunitaria y contribuyendo a la continuidad histórica y cultural del lugar.